lunes, 29 de abril de 2013

Carrera al futuro: Autos de un asiento

Carrera al futuro: Autos de un asiento

Colibri, pequeño, pero ¿vale la pena su tamaño? Foto. 

En la línea de los mini-coches, los triciclos y los plegables se encuentran los coches de un solo asiento, que se presentan como una alternativa más ante el poco espacio con el que se dispone en las ciudades y la contaminación que los autos a nafta producen. Veamos tres modelos de ellos para analizar algunas de sus pros y contras.

Colibri

Diseñado por la compañía alemana Innovative Mobility Automobile (IMA), este eléctrico es tan pequeño que sólo ocupa la mitad del espacio que un auto corriente necesita dentro de un estacionamiento.
Colibri, eléctrico y de un asiento. Foto. Ima/ Difusión
Entre algunas de sus particularidades se destaca su peso, de 440 kilos; su capacidad de alcanzar un máximo de 120 kilómetros por hora, mucho más que otros compactos; y su autonomía de aproximadamente 110 kilómetros. Posee una batería de litio que se recarga en dos horas, conectándose a cualquier toma de corriente, y dos motores eléctricos de 24 kilowatts.
Colibri comenzará a producirse en 2014 y saldrá a la venta en 2015. Su valor se estima que estará por debajo de los 13.000 dólares.

Coms

Toyota creó dos modelos de eléctricos de un asiento: P•Com, que está orientado al uso privado, y B•Com, pensado para el uso comercial.
Ambos pesan, al igual que el Colibri, cerca de 400 kilogramos y su velocidad máxima es de 60 kilómetros por hora. Su precio se ubica entre los $8.400 y los $10.000 dólares, según el modelo.
En el video que sigue puedes ver cómo funcionan los Coms:

TechnologicVehicles
Luego de conocer estos ejemplos, cabe preguntarse si son realmente convenientes. Si bien son mucho más pequeños que el resto, lo cierto es que en su interior cabe un solo individuo, por lo que cada quien debería conducir el suyo para realizar los desplazamientos interurbanos. La propuesta de los fabricantes es que los modelos que vimos puedan formar parte de un sistema colectivo y colaborativo en el que cada persona use el auto únicamente cuando lo necesite, dejándolo aparcado en una estación donde otro pueda tomarlo y hacer su viaje. Tal vez en unos años este mecanismo comience a tomar cuerpo, pero tardará mucho en llegar a Latinoamérica.
Por el momento, si de frenar el tránsito y la polución se trata, la mejor opción sigue siendo trabajar para que las personas tomen conciencia de la importancia que tiene compartir los vehículos lo más frecuentemente posible, así como también sacar las bicicletas a la calle o, incluso, las pequeñas motos, de las cuales ya hay varios modelos eléctricos.

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